Un 1ro de septiembre de 1956, en la ciudad de Puquio, distrito de Ccayao nació Augusto Gutierrez Rojas, un niño destinado a muchos logros, alegrías, éxitos y glorias, pero a una estadía corta en la tierra.
Augusto fue acunado en un hogar musical pues su padre, con profunda sensibilidad, ejecutaba instrumentos musicales como el violín, el charango, la guitarra, entre otros instrumentos que adornaban su hogar, fue así que desde muy pequeño, Augusto, mostraba inclinación por la música y especialmente por la ejecución de la guitarra andina. A sus cortos 13 años de edad, para alegría de sus profesores y compañeros, ejecutaba la guitarra ayacuchana en las actuaciones de su colegio con la dulzura y emoción que solo pudo albergar un niño como él. Entre sus mayores anhelos estaban el llegar y triunfar en la capital del Perú y tener muchas producciones, un sueño que no le fue muy lejano.
Los años fueron pasando y Augusto, maravillado por el trinar de las cuerdas, consiguió ser versado en la ejecución de la guitarra, eso sí, de manera furtiva, pues siendo joven aún sus padres no le permitían ser músico, dado que en aquellos años los músicos eran vistos como hombres bohemios y alejados del calor del hogar.
Fue admirador del maestro guitarrista Daniel Kirwayo. Augusto destacó en la guitarra bajo la guía de los maestros Boris Villegas, Manuelcha Prado (su primo) y Pepe Angulo.
Hábil y talentoso en diversas artes, oficios y deportes, Augusto destacaba en la guitarra andina, la mecánica automotriz y el fútbol, motivos por los cuales ganó el apelativo de “El Capo”.
En 1975 se organizó un concurso de música folclórica a nivel nacional, evento singular en el cual Augusto, empeñoso como solo él era, formó un trío musical denominado “Los ídolos de Puquio”, conformado por Gilberto (Beto) de la Rosa , Sergio Quinto y Augusto Gutierrez, quienes lograron el primer puesto a nivel regional y posteriormente a nivel nacional; siendo a partir de esta grata experiencia que Augusto y su trío fueron solicitados por diferentes disqueras y lograron la preferencia del público; sin embargo, la inexperiencia y candidez de la adolescencia lo conllevaron, inintencionadamente a perder muchas oportunidades, ocultando su talento al pueblo peruano.
A pesar de las malas experiencias, Augusto no decayó, por el contrario, se caracterizaba por su amor al trabajo, su generosidad, amabilidad, humildad, desprendimiento, con esa calidez y sencillez que nada lo hacía enfadar, creando un ambiente de paz y calma entre todos.
Trabajó en el hospital de Puquio como técnico automotriz y conductor de ambulancia, a pesar de su responsabilidad familiar, no se alejaba del arte musical, grabó discos de vinilo con artistas destacados de los años ochenta.
En el año 2005 Augusto y su hermano José decidieron unir sus talentos y constituirse como dúo denominándose: “Dúo hermanos Gutierrez”, Augusto fue la primera guitarra y segunda voz; y José tomó la posta en la primera voz y segunda guitarra, cuentan con 2 producciones compuestos de temas del sentir tradicional y de composición propia, tales como “Sumaq Pacha” y el carnaval “Solterita”, ambos de la autoría de José Gutierrez.
Su hermano José narra con alegría y nostalgia un pasaje de su vida como dúo musical, en el año 2018 cuando fueron invitados a celebrar el aniversario del centro poblado LLillinta – Huaytará – Huancavelica, este poblado se encuentra a más de 4500 msnm, motivo por el que al arribar a la zona José empieza a sentir el mal de altura, dolor de garganta y cabeza dejándolo preocupado por su performance ante el público, su hermano de manera amorosa lo atiende y entre bromas le dice “¿Cómo a un serrano le va a dar soroche?”; afortunadamente, José se recuperó muy bien. Llegada la noche y una vez que se acercaron al escenario tuvieron que esperar hasta la madrugada, 2:00 am en promedio, para subir a él con las manos y rostros congelados; no obstante, recibieron todo el calor de la gente, quienes bailaron con algarabía y no les dejaron “bajar” del escenario, por fin y en complicidad con el sonidista lograron retirarse y fue ahí cuando Augusto cayó con el mismo mal. Ambos sonrieron pues finalmente fueron “dos serranos con soroche”.
Ante este mal pandémico, para tristeza de sus familiares y amigos, Augusto cae enfermo y no logra salir victorioso de esta batalla, partiendo al cielo el 17 de agosto de 2020. Proyectos, anhelos quedan truncos, entre ellos se sabe que el dúo Hermanos Gutierrez cuenta con una producción en proyecto, la cual no pudo culminar por la pérdida de su primera guitarra, pero que su hermano culminará pues merece ser difundido; así mismo, José viene preparando un disco en homenaje a Augusto, su hermano y compañero musical, a quien dedicará entre acordeones y guitarras la música que disfrutaban, además de dos composiciones de su autoría, una de ellas titulada: “Tu ausencia”, próxima a publicarse en septiembre del presente año.
Por lo expuesto, Augusto sigue presente, con su sencillez profunda, con su generosidad y alegría, su perenne trinar en sus grabaciones nos recordarán la profunda sensibilidad que rebosaba su alma con su tan natural manera ser.